La única forma de proteger la democracia es con la verdad
Home Editorial

Sabado 28 de Diciembre del 2019

El fin del modelo de mano de obra barata

Autor:


Los empresarios latinoamericanos saben que el desarrollo de nuestras naciones es imposible si la clase trabajadora no obtiene mejores sueldos que le permitan consumir y ahorrar empujando el crecimiento sostenido de nuestras econom


El fin del modelo de mano de obra barata


Hace un año, ante las críticas que recibía WalMart por los bajos salarios que ganaban sus empleados en Estados Unidos, la cadena de supermercados informo que ninguno de sus empleados recibiría menos de 11 dólares la hora. Era en fin de la explotación laboral en estados unidos. WaltMart desde hace tiempo era considerada la empresa que pagaba menos, y al mismo tiempo es el más grande empleador de Estados Unidos, cerca de un millón 500 mil empleados tienen en su nómina.
 
WalMart decidió cambiar su política laboral ¿por qué sus dueños se iluminaron, bajaron la mirada y vieron el infortunio de sus empleados? ¿O por qué gracias a la reducción de impuestos de Trump los accionistas decidieron compartir las ganancias con sus trabajadores? Es un poco de todo, pero sobre todo es que, en tiempos de redes sociales, la imagen del explotador Walmart, que ofrecía productos a precios bajos, gracias a los reducidos salarios de sus empleados, ya no es posible.
 
En el caso peruano, los supermercados, las cadenas de comida rápida, los bancos, etc. Empresas que necesitan de una gran cantidad de trabajadores para funcionar, no ofrecen a sus empleados sueldos acorde a su labor, ni le reconocen que, sin ellos, sus negocios fracasarían. En buena parte los empresarios peruanos se niegan a sincerar el sueldo de sus trabajadores por avaricia.
  
Fue avaricia lo que llevo a Arcos Dorados Perú ha incumplir las normas de seguridad en sus locales de McDonal's, ahorrarse en proveer a sus trabajadores de botas y guantes, lo que hubiera prevenido la muerte de dos de sus trabajadores por una descarga eléctrica.
Estamos ante la avaricia de las grandes corporaciones para quienes como sobrevivan con el sueldo que ofrecen a sus trabajadores poco les importa, aunque la fanaticada cristiana diga lo contrario, en nuestros países hay sobre población juvenil, cada año cientos de miles de jóvenes buscan por primera vez trabajo, y esta sobre oferta de mano de obra es lo que lleva a empresas como las de comida rápida, empresas de delivery, o tiendas por departamentos a ofrecer sueldos bajos, porque siempre habrá una persona que acepte trabajar más por menos.
 
El Compromiso
Y si desde ahora nos sinceramos, y las grandes franquicias de comida rápida, restaurantes, los grandes supermercados, de ferretería, bancos… comienzan a decirle a sus clientes cuanto les pagan a sus colaboradores, en cuanto es valorado su trabajo. Tenemos derecho los consumidores de saber si los precios bajos que nos ofrecen las grandes empresas son subsidios para nosotros los clientes. Saber si nos sale más barato comer en un fast food porque le pagan 3.5 soles la hora al empleado que hace nuestra hamburguesa, o a la cajera que cobra en el supermercado, o la que limpia los pisos relucientes de nuestro mall favorito.
 
Aunque no lo digan los economistas educados en chicago, Harvard o Stanford, no hay ninguna nación en el mundo que haya salido del subdesarrollo manteniendo a su clase trabajadora con sueldos bajos, de hambre. Los Romeros, Rodriguez Pastor, Diez Canseco, Luksic,  Gilinski, Paulmann, o Piñera… saben que sus empleados no viven, sino sobreviven con sus sueldos. Y mantienen con esa política de mano de obra barata un circulo vicioso, no invierten en automatizar sus fábricas porque es más barato seguir con fábricas obsoletas donde la fuerza humana se sigue priorizando. Asi que cuando se pregunta se interroga a un economista porque no suben los sueldos de los trabajadores, al mismo ritmo que crecen los activos y ganancias de una empresa, la respuesta es la baja productividad del trabajador. Si no invierten en tecnología nunca alcanzaremos la productividad de los trabajadores del primer mundo, y por ende nuestro desarrollo se congela, siempre una esperanza, no una realidad.
 
Sin mejores sueldos nunca tendremos a una clase trabajadora que pueda acceder a la casa propia, auto, mejores servicios educativos, de salud. Con trabajadores a quienes les es imposible ahorrar seguiremos siendo un país que crece cuando nuestras materias primas están al alza, y nos estancamos cuando están a la baja, como sucede ahora.
  
Le pasa a Chile, un país que más que duplica el PBI per cápita peruano, pero en los últimos años no crece, a pesar de todo el potencial económico que tiene, de los capitales que mueven sus empresas, las más solidadas, diversificadas y globales de Latinoamérica. No es que el modelo de libre mercado ha colapsado, no es el modelo de economía capitalista, sino es el fin de un modelo empresarial que baso se crecimiento en sueldos bajos.
  
Todo comenzó con China, el país más pobre de Asia, el más atrasado, que atrajo capitales con su política de puertas abiertas a los capitales, sin restricciones, bajos impuestos y una mano de obra que trabajaría por unos dólares. Decenas de millones de trabajadores que cobraban una fracción de lo que ganaba un trabajador del primer mundo.
  
Y muchos economistas latinoamericanos creyeron que la formula china seria replicable en nuestras naciones. La cuestión es que mientras China hoy es una potencia económica mundial, y ha superado en PBI per cápita a muchas de nuestros países, nosotros no salimos del status de país emergente y de ingresos medios.
  
El estallido social en Chile, como la muerte de dos trabajadores de McDonald's en Lima, y las discusiones que suscito un proyecto de contratación juvenil en Colombia, elaborado por Álvaro Uribe, que debió retirar porque muchos consideraban alentaba la explotación juvenil, nos hace ver que el trabajo es hoy el principal problema de Latinoamérica. Muchos países, sobre todo Colombia, Perú y Chile, en las ultimas 2 décadas fueron modelo de desarrollo para la región, sus empresas crecieron, se diversifico su producción, se redujo la pobreza, y se acabó con la inflación, pero el eslabón más importante, de una economía, el trabajador se relego.
 
¿El secreto de nuestro estancamiento económico no estará en mantener esa política de mano de obra barata? Sin mejores sueldos nuestra clase media solo sobrevive, no ahorra, no consume como se debe. Y asi mantenemos un mercado dependiente de las ventas al exterior, no del mercado interno.
Es hora de que nuestros politicos y empresarios hablen claro, que modelo de país queremos: de mano de obra barata o un modelo de libre mercado con consumidores que gasten y tengan un margen para ahorrar e invertir.


El Autor